Salir a comer hoy en día va más allá de disfrutar de buena comida; se trata de una experiencia integral. Diseñamos Café de Lima en una casa miraflorina de los años 40 con este propósito. Al remodelar la casa, conservamos la estructura externa e intervenimos el interior. Definimos espacios para mejorar la experiencia: una doble altura como recibidor, una terraza para la actividad principal y un segundo piso como espacio de tranquilidad. Los árboles y elementos verdes añaden un toque de sorpresa y enriquecen el ambiente. Reunimos diferentes ángulos artísticos para crear una experiencia única. Las paredes cuentan con murales de Jade Rivera, los baños con imágenes panorámicas de Lima de Evelyn Merino, y Renato Cisneros plasmó mensajes en las cartas y escaleras.